Desde Izquierda Revolucionaria Internacional queremos trasladar nuestra solidaridad con Khsama Sawant, concejala en el Ayuntamiento de Seattle y dirigente de Socialist Alternative (SA) en Estados Unidos. La compañera está sufriendo de nuevo una campaña de persecución, acoso y maniobras por parte de las grandes multinacionales, la derecha trumpista y los dirigentes locales del partido demócrata para terminar con su posición en el Ayuntamiento. Su delito: ponerse al lado de las víctimas de la violencia policial racista y encabezar reivindicaciones a favor de salarios decentes, y educación y viviendas públicas.

El 7 de diciembre se celebrarán las elecciones para forzar la destitución de Kshama. La fecha de esta llamada Recall Campaign no ha sido elegida por casualidad: situada justo entre Acción de Gracias y Navidad –dos de las mayores festividades en el país–, se pretende que la gran mayoría de los votantes de Kshama tradicionales (los sectores más explotados y empobrecidos) no acudan a las urnas. De hecho, se calcula que la participación puede caer hasta en un 50%.

Detrás de este intento de revocación antidemocrático, marcado por el racismo y el machismo más repugnante, se encuentran diferentes personalidades más que conocidas por su odio de clase contra los trabajadores y jóvenes. La campaña contra Kshama ha recibido donaciones de más de 500 republicanos, incluidos 130 que donaron miles de dólares a Donald Trump en las últimas presidenciales. Entre estos se encuentra George Petrie, el principal apoyo económico de Trump en el estado de Washington.

Por supuesto, el nombre de Amazon no podía faltar en la lista. Tres de los altos ejecutivos de la multinacional (John Schoettler, Morgan Battrell y Doug Herrington) han participado activamente para destituirla. Estos mismos fueron los que financiaron en las elecciones de 2019 al oponente de Kshama después de que los activistas en lucha por una vivienda pública, junto a SA, el DSA y la propia Sawant levantaran la campaña Tax Amazon.

Toda esta ofensiva contra la compañera está fundamentada, según la acusación presentada contra ella, por su participación en las protestas de Black Lives Matter, por haberse colocado en la pancarta en una de las movilizaciones antirracistas y por haber abierto las puertas del Ayuntamiento a los manifestantes para celebrar una asamblea. Es decir, la reacción la ataca por hacer lo que cualquier cargo se declara de izquierdas debería hacer: estar en las calles codo a codo con la juventud y el movimiento en lucha. ¡Protestar no es ningún delito!

Este intento de revocación fraudulenta contra Kshama puede sentar un precedente muy peligroso si sale victorioso. Las multinacionales, los trumpistas y los demócratas pretender dar una patada a una concejala electa democráticamente por la población de Seattle por haber levantado una oposición a todas las políticas corruptas que durante años se han practicado en la ciudad. El 7 de diciembre puede ser Kshama, pero después se podrán recrudecer los ataques a activistas del movimiento de la vivienda, BLM o de la izquierda en general.

Por eso, los compañeros y compañeras de Izquierda Revolucionaria Internacional nos sumamos a la campaña de solidaridad con Kshama y le enviamos nuestro apoyo militante.

An injury to one is an injury to all!

Si tocan a uno, nos tocan a todos.


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