Italia vive este viernes una jornada de huelga convocada por el sindicato mayoritario italiano (CGIL), en la que han participado miles de personas para protestar contra el malestar general que existe en el país a causa de la situación del mercado de trabajo y los impuestos. Casi un millón de personas se han sumado a las más de cien manifestaciones convocadas en las grandes ciudades italianas, entre las que destacan la de Florencia, con 40.000 personas, las de Roma y Milán, con 30.000, y la de Nápoles, con 15.000, según datos facilitados por el sindicato.

Italia vive este viernes una jornada de caos a causa de la huelga general convocada por el sindicato mayoritario italiano (CGIL), en la que han participado miles de personas para protestar contra el malestar general que existe en el país a causa de la situación del mercado de trabajo y los impuestos.

El CGIL exige al Gobierno, a la patronal Confindustria y a las empresas un freno en los despidos y un aumento de las medidas sociales para parados y jubilados, además de una reducción de impuestos y la regularización de los inmigrantes que trabajan en el país.

Casi un millón de personas se han sumado a las más de cien manifesaciones convocadas en las grandes ciudades italianas, entre las que destacan la de Florencia, con 40.000 personas, las de Roma y Milán, con 30.000, y la de Nápoles, con 15.000, según datos facilitados por el sindicato.

En Roma, los trabajadores se han manifestado en Piazza Flaminio y han caminado hasta la sede de la televisión pública italiana, la RAI, con pancartas con lemas contra la crisis o contra los recortes promovidos por parte del Gobierno en los fondos destinados a la educación y a la investigación.

Cerca de un millón de italianos han protestado en las grandes ciudades

"Recortes igual a errores" fue uno de los lemas que acompañaron la marcha, a la que también se sumaron profesores y estudiantes (con una adhesión del 30 al 50%) al grito de "no, la crisis no la pagamos"."Queremos llamar la atención de un Gobierno que se está ocupando de los procesos judiciales del primer ministro cuando el verdadero problema de Italia es el trabajo. Sólo en la región del Lacio van a cerrar 200 empresas y el Gobierno parece desinteresarse completamente", afirmaba Linda Ricco, una joven trabajadora.

Frente a la sede de la RAI, los manifestantes han alzado la voz "contra la política de un Gobierno que recorta la cultura porque está vista como un gasto, no como una inversión", y han expresado la "necesitad de una información que no esté manipulada"."Queremos bloquear los despidos, intentar hacer todo lo posible para tener una política en cuestión de transportes, de infraestructuras y para que no se cierren fábricas, porque el Gobierno no tiene una política para afrontar la crisis de manera determinante", aseguró Rocco Lamparelli, afiliado al CGIL.

La huelga paralizó los servicios de transporte público en Roma y Bolonia, con una participación del 55% y del 75%, respectivamente, a la que se sumarán los trabajadores del sector convocados al paro por la tarde en las ciudades italianas de Milán, Nápoles y Turín. En Roma, los medios de transporte público no funcionaron entre las 9.30 horas y las 13.30 horas. Además, la situación tampoco fue fácil en los aeropuertos, donde pilotos, auxiliares de vuelo y personal de tierra de distintas compañías y aeródromos se adherieron a la huelga. Al menos 150 vuelos de la compañía Alitalia tuvieron que ser cancelados o bien reprogramados, según informó el mismo sindicato. Otras compañías, en cambio, sufrieron retrasos.

El transporte público en Roma se paralizó durante cuatro horas

La huelga también ha afectado al transporte ferroviario, con un paro que comenzó a las 14:00 y que se prolongará hasta las 18:00. También se ausentó del trabajo el personal del transporte marítimo, así como conductores de camiones y los trabajadores de las autopistas. Las protestas se extendieron también a los sectores de educación, sanidad y entidades bancarias.El secretario general de la CGIL, Guglielmo Epifani, acusó al Gobierno de "no hacer nada" para solucionar los problemas de la población en medio de una grave crisis económica. "Los trabajadores están mal, el paro aumenta, sobre todo en las áreas industrializadas", denunció.

Epifani hizo estas declaraciones desde Padua (norte de Italia), cuya región, el Veneto, está siendo una de las más afectadas por la crisis. Hasta el momento, en esta región, ya se han producido 13 suicidios, entre artesanos, pequeños empresarios y trabajadores, recordó. "Esta es la señal del drama que el Gobierno no quiere ver", agregó.Entre otros datos, Epifani mencionó la alarmante caída del 24% de la producción industrial registrada en los últimos meses.

El ministro de Trabajo, Maurizio Sacconi, dijo que el CGIL "utiliza un lenguaje dramático" en relación a los temas de empleo y que la protesta "confirma la motivación exquisitamente política y colateral a los partidos de oposición", de cara a las elecciones regionales, que se celebran el próximo 28 de marzo.


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