¿excepción a la regla o engranaje fundamental del sistema financiero?

¿excepción a la regla o engranaje fundamental del sistema financiero?

Frecuentemente leemos en la prensa noticias como que Michael Schumacher reside en Suiza, mientras "patriotas" catalanas como Arantxa Sánchez Vicario o Montserrat Caballé tienen fijada su residencia en Andorra y otros personajes famosos viven en Mónaco o hasta Luxemburgo. Indudablemente los aires de montaña son muy beneficiosos para la salud, y algunos necesitan una vida de lujos para sentirse alguien, pero ¿qué mejor que el Pirineo catalán para la vida tranquila? ¿Y qué decir del glamour de Mallorca, donde podremos alternar con los reyes destronados de media Europa invitados por nuestro generoso Borbón?

En realidad, lo que tienen en común Andorra, Suiza, Luxemburgo y lugares más exóticos como las islas Caimán o Panamá es que son paraísos fiscales. Aunque hay quien dice que el Vaticano es el caso más antiguo, en general se desarrollaron durante el siglo XX. Para definirlos, la OCDE fija tres factores identificativos:
En primer lugar, impuestos (sobre la renta o sobre beneficios) nulos o nominales. Así, un residente en Andorra no paga impuesto sobre la renta que obtenga en cualquier país, y quien lo hace en Suiza acuerda directamente con su cantón la cantidad a pagar. Interesante, ¿no? Es una pena que a los trabajadores de a pie nos pille un poco lejos para ir y venir al trabajo todos los días. Pero eso no es nada. También podemos evitar el pago del impuesto de sucesiones poniendo nuestros bienes a nombre de una sociedad domiciliada en uno de estos territorios. E incluso registrar barcos mercantes cochambrosos por cuatro duros (durante años la oficina de registro naval de Liberia tuvo su sede en ¡Nueva York!).
La segunda característica, y también fundamental, es la falta de intercambio efectivo de información. Vamos, lo que siempre hemos llamado secreto bancario. Es decir, que si consigo llevarme unos millones a Suiza escondidos en los calzoncillos (caso real de un político brasileño pillado in fraganti en el aeropuerto) y abrir una cuenta allí, como mi banco suizo debe guardar secreto Hacienda no se entera de nada mientras no pida información en un proceso judicial. Una parte importante de la famosa "deuda externa" latinoamericana es en realidad "interna" puesto que los acreedores son capitalistas nacionales a través de cuentas en el extranjero.
Y por último tenemos la falta de transparencia, es decir dificultad o imposibilidad para aplicar limpiamente las leyes tributarias. Por ejemplo, falta de supervisión o de recursos del gobierno, cláusulas secretas, etc.

Impunidad total

Evidentemente las más primitivas de estas prácticas se persiguen con más o menos entusiasmo en la mayoría de países, pero muchas veces la falta de medios y el que asesores fiscales y funcionarios de Hacienda se intercambien frecuentemente los papeles suele dar varios años de ventaja a quien se quiera aprovechar (y teniendo en cuenta que el delito fiscal prescribe a los cuatro años, tenemos una práctica impunidad en la mayoría de los casos)
Todas estas características hacen de los paraísos fiscales un verdadero Paraíso para todo tipo de delincuentes, que los usan para el lavado masivo de dinero, borrando su origen para reinvertirlo en negocios "respetables". El GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional, creado por el G-7) calculó que sólo se confiscó el 0,5% de los 4,4 billones de dólares de beneficios obtenidos por el tráfico de drogas entre 1982 y 1992. De hecho, su órgano ejecutivo, el Tracfin, sólo trasladó a la justicia 347 casos en 2005, tras analizar más de diez mil operaciones sospechosas.
Evasión fiscal, lavado de dinero... ¿por qué entonces las grandes potencias, capaces de arrasar países por unos pozos de petróleo, permiten y fomentan estas minúsculas excepciones (en muchos casos, como Gibraltar o Hong Kong, dentro de sus fronteras)? De hecho, Mónaco fue obligado en 1963 a ajustar su legislación a la vigente en Francia para ciudadanos de este país, y muchos grupos reformistas defienden su supresión o una mayor regulación.

La difusa frontera de lo legal y lo ilegal

Pero sólo hay que mirar las cifras para comprobar que no son tales "excepciones", sino que se trata de piezas fundamentales en el sistema financiero mundial. Por ejemplo, la mitad de los activos financieros transnacionales están basados en paraísos fiscales. Los beneficios de bancos y multinacionales pasan por ellos, tanto por sus funciones "sucias" (el blanqueador suele recibir un 8% de la cantidad blanqueada) como por las nuevas utilidades que la ingeniería financiera va desarrollando. Las quiebras de Enron o Parmalat, por ejemplo, destaparon muchos de estos creativos inventos que acabaron pagando los miles de trabajadores que perdieron sus empleos y pensiones.
Los paraísos sirven también para "aparcar" beneficios. Es decir, los beneficios de una empresa se transmiten a otra domiciliada en un paraíso fiscal donde se quedan hasta que se decida reinvertirlos o distribuirlos. Esto se usa mucho en casos de "inestabilidad política" (como la Venezuela en revolución) para sacar la liquidez del país y prevenirse contra posibles nacionalizaciones.
Una técnica parecida consiste en que una empresa, a la hora de vender sus productos lo hace a una filial en un paraíso fiscal por un precio ficticio, que le produce pérdidas, y ésta lo revende al cliente final al precio acordado. Sin trasladar mercancías, cualquier empresa globalizada puede "verse obligada" a cerrar aunque no pare de recibir pedidos. Seguro que a los ex trabajadores de Delphi y otras empresas "en crisis" les suena esta historia. Por ello es fundamental en esta época de decadencia capitalista una reivindicación histórica del programa de transición marxista como es la apertura de los libros de contabilidad para que los trabajadores puedan comprobar qué se oculta tras las supuestas crisis.
Asimismo, nadie mejor que los propios trabajadores de los bancos, agrupados en sus sindicatos, para controlar las transacciones de todos los capitalistas y millonarios.
La existencia de paraísos fiscales, así como la multitud de ayudas, subvenciones y exenciones que reciben son una prueba más de su dominio del Estado supuestamente neutral, y del carácter decadente del sistema en que vivimos. Cada vez más los impuestos recaen sobre nuestras espaldas y prácticamente tenemos que pagarles para que nos exploten, porque si no "ahuyentamos" a los inversores. Y a pesar de todo son incapaces de ofrecernos cualquier mejora sustancial en nuestras condiciones de vida, con los salarios estancados hace diez años y cada vez más precariedad y presiones en el trabajo. Lo único que tienen para ofrecernos los reyes de la ingeniería fiscal es más explotación y barbarie mientras exhiben cada vez más obscena e impunemente su riqueza. Hay que acabar con su dominio de una vez por todas, luchando por el socialismo, no hay capitalismo con rostro humano.


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