La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, ha firmado con Guinea Ecuatorial un nuevo acuerdo comercial que ofrecerá garantías jurídicas a las multinacionales españolas que tienen allí intereses económicos, entre ellas Repsol Ypf, cuyo presidenteLa ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, ha firmado con Guinea Ecuatorial un nuevo acuerdo comercial que ofrecerá garantías jurídicas a las multinacionales españolas que tienen allí intereses económicos, entre ellas Repsol Ypf, cuyo presidente ya negoció con el dictador Obiang el pasado mes de junio su participación en los nuevos yacimientos petroleros.

Guinea Ecuatorial, una dictadura reconocida por organismos internacionales, es el primer productor de petróleo de toda África, y el segundo receptor, detrás de Mozambique, de las ayudas bilaterales no reembolsables de toda África Subsahariana, que aporta el Gobierno español, con una media de 7,5 millones de euros anuales.

Estas negociaciones o acuerdos con una dictadura se camuflan bajo supuestas causas humanitarias que son instrumentalizadas para ocultar sus intenciones reales, puesto que para el sistema capitalista y la derecha reaccionaria los intereses económicos están sobre los derechos sociales y humanos. Etiopía, el país más pobre de toda África, atraviesa una grave crisis alimenticia ya atravesó en los años 90 graves hambrunas y sin embargo no es considerado entre los prioritarios a la hora de recibir tales ayudas; ni siquiera está en la agenda de los medios de comunicación burgueses, que hacen más énfasis y dedican más espacio a cuestiones menos transcendentales, como vemos en Catalunya con la muerte de Copito de Nieve, único gorila albino del mundo, originario, precisamente, de dicho país y que ha estado toda su vida en una “bella” jaula del zoo, mientras, por cierto, los gorilas de Guinea están en serio peligro de extinción.

En vez de condenar dicha dictadura, negarse a firmar nuevos acuerdos políticos o económicos, o destinar dichas ayudas a otros países más necesitados, el gobierno del PP defiende sin un ápice de vergüenza los intereses de multinacionales como Repsol, llegando a acuerdo con sangrientas dictaduras como la de Obiang. Recordemos que Ana Palacio calificó de hecho “accidental” el brutal asesinato de una joven cooperante española de 22 años en un control militar en Guinea Ecuatorial, conformándose el gobierno con las explicaciones del gobierno guineano, existiendo otro grave precedente en el asesinato en 1983 de Carmen Samaranch Kirner, cooperante española que elaboró un informe sobre la desviación de la ayuda alimenticia y sanitaria a miembros del gobierno.

Explotación, asesinatos, apoyo a dictaduras... estas son las bases en las que se asientan las relaciones exteriores que establecen los gobiernos bajo el actual sistema capitalista y bajo la derecha reaccionaria.


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