En los últimos meses el Estado español ha sido escenario del nacimiento de bandas juveniles de inmigrantes como los Latin Kings o Ñetas, y al mismo tiempo los ataques mediáticos al colectivo inmigrante no han dejado de ser algo habitual. Resulta esEn los últimos meses el Estado español ha sido escenario del nacimiento de bandas juveniles de inmigrantes como los Latin Kings o Ñetas, y al mismo tiempo los ataques mediáticos al colectivo inmigrante no han dejado de ser algo habitual.

Resulta escandalosa la utilización que se hace de los medios de comunicación para provocar un clima cada vez más tenso contra gente que ha tenido que irse de su país para salir adelante. De esta forma cada vez que una banda de jóvenes extranjeros participa en cualquier pelea o reyerta callejera, se lanza una campaña “informativa” que deja entrever en periódicos y cadenas de televisión que es culpa de los inmigrantes, que son unos vagos y vienen aquí para quitarnos el trabajo, además de un largo etcétera de adjetivos despectivos y discriminatorios. Toda esa basura mediática fomenta el desarrollo de la xenofobia en la sociedad y dificulta aún más el día a día de los inmigrantes en su vida cotidiana, ya que se ven aún más discriminados en todos los aspectos, por si ya fuera fácil su situación.

Durante el último mes del pasado año, el ministro de Interior, José Antonio Alonso, anunció un proyecto de acción policial contra las bandas juveniles para llevar a cabo durante el 2006, con el objetivo de prevenir la violencia callejera que provocan sus integrantes, aunque afirmando también que el problema aún no es demasiado grave en el Estado español. Dicho plan establece una división de las bandas en tres grupos: extrema derecha, extrema izquierda y de origen latino, y pretende terminar con el problema que plantean elaborando planes de información específicos de seguimiento de estos grupos y de sus actividades para obtener “información de interés operativo”. Además, se elaborarán mapas de los lugares donde se ubican estas bandas para intensificar la presencia policial, y se controlará la situación administrativa de los integrantes de esas bandas, promoviendo las medidas previstas en la Ley de Extranjería. Este proyecto puede resumirse como más represión al colectivo inmigrante.

Una vez más, lo que vemos es un intento de criminalizar a los jóvenes inmigrantes sin tener en cuenta lo más mínimo, ni explicar cuál es el verdadero germen del nacimiento de este tipo de bandas, ya que todo responde, sin lugar a dudas, a la situación de paro y miseria a la que el capitalismo condena a estos obreros e hijos de trabajadores, y sin ninguna alternativa para poder salir de la situación en la que se ven inmersos. Además, pretende meter en el mismo saco a inmigrantes y fascistas, cuando la realidad es algo muy distinto. Además, en algunos casos los jóvenes inmigrantes recurren a estas bandas como una forma de protegerse de los ataques de las bandas fascistas que campan impunemente por los barrios obreros agrediendo a inmigrantes y jóvenes de izquierdas con el beneplácito en muchos casos de la justicia y la policía que hace la vista gorda.


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